
Tegucigalpa, Honduras, 3 de agosto de 2020.- Una visita al Facebook y para mi sorpresa un ciudadano, hizo un post abogando por un joven garífuna que se gana la vida, como deberíamos hacerlo todos, de manera honrada. El joven trabaja en la ciudad de Santa Bárbara.
Esto sí está muy bien, me dije. Y es que en tiempos de pandemia y al escuchar los jugosos beneficios que dejan, por ejemplo, la compra de hospitales móviles, resulta imposible no rendirle el sombrero a personas como este muchacho.
Y es que en Honduras, por lo general, es al revez, se irrespeta y ve de menos a las personas honestas y que sudan para ganarse un lempira, pero se venera a quienes descaradamente roban.
Santa Bárbara
Se trata de Julio Bernárdez, originario de Corozal. Desde hace 12 años vive y trabaja en Santa Bárbara, maneja su propio negocio de venta de chuletas al estilo costeño. Gracias a la calidad de su trabajo y a su don de servicio Julio se mantiene y se ha ganado un lugar en el corazón de muchos de sus clientes.
Santa Bárbara es la ciudad, municipio y capital del departamento del mismo nombre. Está en el occidente de Honduras, por lo general los garífunas no son naturales de Santa Bárbara. Sin embargo muchos han llegado ahí, desde el litoral atlántico, por razones de trabajo.
Básicamente, la mayoría de los que llegan son futbolistas, unos pocos como profesionales a laborar en diversos campos y por supuesto otros para bregar en el sector de comidas. Uno de ellos es Julio, de quién trata esta historia.
En primer lugar, aunque se mire muy bien ahora y ya tiene su propia manera de ganarse la vida, para Julio las cosas no han sido fáciles. En primer lugar, él salió de su casa a edad muy temprana quizá a los 12 años. Estuvo en la Escuela Ramón Rosa. Es el último de 7 hermanos. Tuvo desde muy niño la inclinación al trabajo.
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Emigró para trabajar a temprana
En adición a lo anterior, Julio emigró de Corozal a San Pedro Sula para trabajar en Chuletas Elvis, al poco tiempo regresó a Corozal y habituado a generar ingresos, hacia sus ventas de pastelitos y naranjas. Julio siempre fue un muchacho luchador, dedicado al trabajo y con una mentalidad de ganarse el dinero con trabajo duro.
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A Santa Bárbara llegó por invitación de un garífuna, de nombre Selim de Santa Rosa de Aguán. Luego de esto se independizó para poner Chuletas El Black.
Ni la pandemia me para
Entretanto, y de regreso al post de Milton Turcios, así se llama el santabarbarense, puso un título que alude al espíritu guerrero de Julio: Este “negro” no se rinde –dice y luego indica “Mi respeto y admiración para Julio Benítez (es Bernárdez) de “Chuletas el Black”. Está sobre la avenida Independencia, calle La Paz.
Julio: Mirá Milton, siempre que esté bien de salud voy a seguir con las chuletas con tajadas, pollo con tajadas, ni la pandemia me para.
Finalmente, Milton agrega un bonito mensaje: “No dejemos que Julio deje de soñar, compre chuletas con tajadas, pollo con tajadas. Al ritmo de punta y con la destreza que le caracteriza te atiende todos los días hasta las 8 de la noche. Chuletas El Black.
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