Comunidades garífunas, existe el credo de que sólo nos tenemos a nosotros mismos y para llenar el vacío gubernamental el pueblo se ha movilizado.
Tegucigalpa, Honduras, 25 de mayo de 2020.– Comunidades garífunas. En Tornabé, Tela, Atlántida una paila llena de pollo destinada a la donación, mientras en Santa Fe un grupo de mujeres preparen té como para darle a todo un pueblo. En Corozal tienen un retén de bioseguridad. El Covid 19 ha hecho algunas alteraciones en la vida de la aldea y lo mejor es que nos ha recordado que todos somos uno.
Colectas, campañas de orientación, donaciones, retenes de bioseguridad y demás. Es bonita la experiencia. Solidaridad pura.
Y, si bien es cierto que los garífunas somos enormemente grupales, no menos es cierto que la comunidad ha hecho un esfuerzo admirable para que el coronavirus no llegue al pueblo.
¿Qué pasó en Honduras? Desde el 16 de marzo el gobierno de la República ordenó toque de queda a nivel nacional. Ese día inició el quédate en casa. A juzgar por los resultados las medidas no han sido efectivas. El 10 de marzo, Honduras solamente tenía 2 casos. Pasado ese tiempo, hay ya 3 mil 955, un dato que torpedea la gestión gubernamental.
No olvidarse de la comunidad garífuna
Paz, tranquilidad y solidaridad
En las comunidades garífunas hay mucha paz, tranquilidad. El confinamiento es realmente inaplicable, por la temperatura y por las condiciones. Como se saben no todos tenemos Netflix e internet, Amazon y esas cosas. Tener la enorme playa y el mar, es nuestro Netflix.
En las comunidades garífunas, está la conciencia de que solo nos tenemos a nosotros mismos. La comunidad está movilizada, hay grupos formados y un estado de alerta. El peligro de la pandemia es enorme, se sabe que no es broma. Si llega estaremos en graves problemas. La mejor forma es una respuesta comunal y hacia esa dirección se trabaja.
Preocupacion por la salvaguarda garífuna
Las organizaciones están en un nivel operativo máximo: La Ofraneh no ha descansado y libra una lucha enorme para llenar el vacío gubernamental que hay. La ODECO hace lo suyo, las organizaciones en cada comunidad igualmente, como los Patronatos y de más.
Las mascarillas no se usan al cien por ciento, es decir, no todos la andan. Tampoco no todos guardan distancia social. El tema del mar, es interesante, pudiera ser un sanitizante natural y son muchas las personas que cuentan que le ha servido.
Y la Policía
A todo esto: la Policía no ha faltado a su show. El trato discriminatorio contra nuestro pueblo suma y sigue. Mientras en Corozal el 12 de abril lanzaron bombas lacrimógenas a personas que estaban en la playa, en Tornabé y Travesía oficiales llegaron para intimidar y amenazar a jóvenes que colaboraba con retenes de bioseguridad, pero cuando ocurren las desgracias, no está la Policía.
En el caso de Corozal, las lacrimógenas lanzadas terminaron por afecta más a los niños, enfermos y adultos que estaban tranquilamente guardando su cuarentena. Afortunadamente no hubo desgracias mayores. Las comunidades garífunas están de pie, en lucha. Sin duda el Covid 19, nos hará mejor.
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