Día del Deportista: Sin inversión en las comunidades, los garífunas han dado alegrías y deportistas calificados al país, pero la dirigencia deportiva se niega a ver que ese es el nicho. Es también una falta de visión e interés y un desprecio que no tiene otra explicación que la discriminación racial.
Tegucigalpa, Honduras 13 de marzo de 2018.- Día del Deportista en Honduras, propongo lo siguiente: cerrar los ojos e imaginemos, buenas y bien acondicionadas canchas en las comunidades garífunas, gimnasios y logística. Imaginemos infraestructura moderna para practicar deportes. Imaginemos nuestros preparadores físicos, entrenadores, psicólogos y médicos llevando la evolución de los deportistas.
Honduras ya sería una potencia mundial, tendríamos fama en todo el mundo y deportistas en las grandes franquicias. El país pasaría jubiloso con sus éxitos deportivos. A lo mejor tuviéramos un boxeador disputándole el sitio a Floyd Mayweather. Tuviera mucha promoción el país, algo así como la que tiene Jamaica hoy en día.
Se imaginan una final Honduras-Jamaica en un relevo 4×100 en unos Juegos Olímpicos y qué tal un tiempo extra Honduras-Alemania en cuartos de final de un Mundial.
Ahora sí abramos los ojos
La Honduras deportiva de hoy va de fracaso en fracaso y buena parte de la culpa es de los dirigentes. La ecuación es simple, si hay recurso humano ¿por qué no podemos ser exitosos? La respuesta es simple: no hacemos lo que tenemos que hacer. ¿Los responsables? los que mandan.
Veamos el caso del pueblo garífuna, es la potencia deportiva de Honduras, lamentablemente víctima de la falta de visión e interés de la dirigencia, efecto también de la discriminación racial que hay en Honduras. Si hay otro argumento me comprometo a respetarlo.
VIDEO!! Así se hace un futbolista en Honduras
En el pueblo garífuna sin haber tenido las condiciones ha producido a «Tyson» Núñez, Maynor Figueroa, Boniek García, Anthony Lozano, Wilson Palacios, solo para mencionar algunos. Ahí está la súper campeona de taekwondo Keila Ávila. Samuel Norales debió incluso dejar el país, no porque quería, sencillamente no encontraba empleo. Samuel es hoy una figura en Taiwán y ha sido seleccionado de ese país en el deporte ciencia, ajedrez. Ahí están los luchadores Kevin Mejía y Jefry Mejía.
Los garífunas somos personas que damos lo mejor de sí, vamos al frente, nos imponemos a la discriminación. Somos una raza campeona. Nuestra vida es luchar. Si pensamos en la lucha que dieron nuestros abuelos nos damos cuenta que tenemos un ADN especial, el de la dignidad, el coraje, el sacrificio, el de buscar vencer y ganar.
Fútbol
La Federación de Fútbol se fundó en 1935, se afilió a FIFA en 1951 tantos años de experiencia y aprendizaje y no ha aprendido la lección. Resulta lamentable que los pueblos garífuna no estén en la cobertura de esa Federación. Nunca se ha visto una entrega de tacos, una conferencia, ni siquiera la visita de una selección nacional a una comunidad garífuna. Un equipo de niños garífunas, de un pueblo visitando a la selección no se ha visto nunca.
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Pero las críticas son feroces, si pierde la selección: “los negros son HDP”, “no piensan después de las 12”, “muchos negros en la selección”. Pero nadie dice invertir en los pueblos garífunas.
El fútbol funciona en las comunidades garífunas gracias a los padres de familia que en cuyo caso no pueden sufragar la metodología científica y el alto rendimiento del fútbol de hoy. Futbolistas de élite como Ronaldinho o Neymar estarían al alcance en Honduras con un programa bien estructurado, pero sobre todo con visión. Fijémonos en la Inglaterra de hoy, campeón mundial U-20 y U-17, fijémonos en las selecciones africanas.
Invertir en las comunidades es el paso obligado, está difícil que Honduras se convierta en potencia nuclear, robótica, tecnológica, industrial o en cualquiera otra área, pero si tiene a mano ser potencia mundial en deportes.
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