Es de valientes prevenir y evitar la violencia, nuestro llamado es al dialogo y el respeto. Debemos extirpar la violencia y la agresividad de la comunidad garífuna.


Tegucigalpa, Honduras 15 de octubre de 2017.- De acuerdo al documento “Sistematización Modelos explicativos de la violencia en el Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua” publicado por la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), en los últimos años la mayor parte de los debates y las investigaciones de académicos, científicos, analistas sociales han girado en torno a la violencia y criminalidad en la región.
El documento se detalla como la violencia está lejos de disminuir y por el  contrario, aumenta al extremo que hoy en día el Triángulo Norte centroamericano presenta las cifras de homicidio doloso más altas del mundo. Adicionalmente, el fenómeno de las pandillas –maras–, como también la violencia asociada al tráfico de drogas, son temas que justificadamente preocupan a políticos, académicos, la sociedad civil y organismos internacionales (GIZ, 2014).
Este preámbulo nos presenta cómo la violencia es un problema que afecta a la región de Centro América y en nuestro país Honduras constituye uno de los principales problemas a nivel nacional, tiene un impacto en todo el territorio y amenaza cada día con afectar y contaminar a nuestras comunidades étnicas. Es importante hacer consciencia sobre la necesidad de afrontar este flagelo, y así salvaguardar la esencia y el distintivo de comunidad no violenta.
En este caso el énfasis de este artículo va dirigido a la prevención de la violencia en las comunidades garífunas, mismas que históricamente se han caracterizado por la convivencia armónica, pacífica y solidaria.
Esta es una voz de alerta a todo el pueblo garífuna para que no permita que la violencia germine en sus familias, comunidades y territorios. El pueblo garífuna se ha distinguido por ser un grito de alegría y agradecimiento a la vida, la paz, la hermandad, la solidaridad y un ejemplo de convivencia armónica, manteniendo en su vida cotidiana el respeto al prójimo.
Es importante no permitir que las influencias negativas como la violencia en todas sus facetas, modifiquen la dinámica de vida que a través del tiempo ha prevalecido en la cultura garífuna, por tal razón es sumamente importante pronunciarnos en contra de la violencia.

Debemos segui siendo la cultura de paz que hemos sido. Hay que desterrar  la agresividad de la comunidades garífunas. foto de Punta Piedraa, hermoso lugar del departamento de Colón. Donde también se lucha por su derecho a la tierra.

El pueblo garífuna es poseedor de una cultura consciente, que se reconoce por sus más nobles ideales, un pueblo que sigue construyendo día a día su historia y que tiene el firme propósito de dejar los mejores ejemplos para las siguientes generaciones, si bien es cierto como sufren problemas a causa de la exclusión social, se han ido superando obstáculos, con esfuerzo, energía y enfoque dirigido hacia el logro de metas, actualmente se evidencia una evolución en cuanto a la gestión y promoción exitosa del desarrollo profesional de los garífunas, han ido sobresaliendo en la ciencia, el arte, el deporte, la moda, la espiritualidad, la comunicación, etc. por lo tanto hay mucho que salvaguardar en la riqueza de nuestras comunidades y por eso se debe hacer un trabajo fuerte en la prevención de la violencia.
¿Qué hacer?
1.-Ser consciente que es un problema regional y nacional que no se puede ignorar.
2.- No olvidar que es una amenaza que puede tener impacto a nivel comunitario.
3.- Es importante organizarse en las comunidades contando con la participación de los diferentes actores para iniciar programas de prevención de la violencia.
4.- Establecer alianzas estratégicas con aquellas organizaciones nacionales e internacionales que trabajan en temas de prevención de violencia.
5.- Procurar espacios en las comunidades que tengan como fin la sana recreación y en donde con actividades lúdicas, informativas, formativas y de otra índole se pueda fortalecer a las familias, adolescentes y niñez en la cultura de paz.
6.- Desarrollar en los centros educativos la inteligencia emocional para que desde la niñez se canalicen de forma efectiva las emociones, que le contribuyan a las siguientes generaciones no solo a la prevención de la violencia, si no que en el fortalecimiento de su estima y la seguridad en sí mismos.
7.- Evidenciar mediante campañas y otras estrategias de promoción como la cultura garífuna tiene desde sus costumbres un recorrido como cultura de paz que puede ser ejemplo para otras comunidades en Honduras.
8.- Educar a la población garífuna sobre dónde acudir en caso de sufrir violencia.
9.- Organización de grupos de apoyo comunitario con apoyo psicológico si fuese necesario.
10.- Finalmente no olvides promover que “garífuna consciente es garífuna valiente porque dice no a la violencia”.

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