Se trata de Neville Antonio Flores Diego y Kluibert Gihay Valerio Martínez estudiantes del noveno grado de Centro Básico Esteban Guardiola de Punta Gorda, Roatán son dos arquitectos del futuro que a primera edad ya hicieron su primera obra.

Tegucigalpa, Honduras 23 de junio de 2017.- Hablamos con el padre de Neville, José Flores, todavía indignado por la poca valoración que hizo la profesora al trabajo de los dos muchachos, quizá por el exagerado rigor en la calificación, pero al fin y al cabo desdeñando la iniciativa, la inversión y la visión de dos adolescentes de 14 en los albores de sus sueños grandes.
El estadio también está inspirado por el amor patrio pues en las gradas está puesta una H que simboliza la selección nacional de Honduras. Además toda la estructura es azul y blanco, colores de nuestra bandera.
Flores, el papá, no puede creer que la educación siga funcionando como hace 40 años, es decir profesores cercenando la creatividad de los niños, en vez de estimularla, se supone que los maestros están para eso.
Se supone que una de las causas es que los muchachos llegaron tarde con su trabajo, lo que se logra escuchar en el vídeo en la voz de uno de los muchachos es que le dijeron a su maestra que no habían terminado el trabajo a lo que les dijo ella, está bueno pero sálganse.
Desde el primer día, los dos compañéritos se propusieron hacer algo grande -lo que necesita Honduras personas con mentalidad grande- se les ocurrió hacer un estadio. Como pudieron se las arreglaron y se metieron en el mundo de la madera, de los clavos y los martillos.
Estaban muy emocionados, los ojos se les ponían gigantescos de la felicidad. Algunos días llegaron hasta las 11 de la noche trabajando y a veces hasta se les olvidaba el tiempo de comer por dar lo mejor en su proyecto.
Con el cariño y su creatividad lograron meter en su burbuja a sus padres que se rindieron al trabajo de sus hijos. Muy orgullosos y seguros estaban, no se imaginaban lo que estaba a punto de ocurrir.
Cuando llegó el día de la calificación a Elsy Rosales, así se llama la profesora, no le pareció. De los 20 puntos que era la meta les concedió solo 10, o sea el 50 por ciento. Como era de esperarse los muchachos regresaron cabizbajos a sus casas.
No seremos groseros con la Profa. Rosales, vamos a ponerla muy en alto y diremos que, de pronto, es una súper genio a la que el trabajo de los jóvenes solo la inspiró en un 10 por ciento. Seguro que ella es de esos cerebros privilegiados, uno entre 5 mil millones y en razón de ello, por supuesto, el trabajo de los jóvenes no le representó más que un 50 por ciento.
No obstante su actitud está muy alejada de las directrices del Ministerio de Educación, en cuando a estimular la creatividad de sus alumnos. Ahora la experiencia nos dice que maestros como ella, han llegado cientos a nuestras comunidades que no encuentran ningún talento en sus alumnos, lo que hacen es humillar y regañar, esta actitud en muchos casos alienta la deserción escolar. Por lo pronto a Neville y a Kluibert, nuestro reconocimiento por su gran trabajo, ya tenemos dos ingenieros o arquitectos en potencia. Ánimo muchachos !
Para este trabajo intentamos conocer la versión de la maestra Rosales, dejamos mensajes en su facebook, seguiremos contando esta historia.
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