
Fue dos veces presidente de la OFRANEH y una de las figuras intelectuales más rutilantes de la historia garífuna de Honduras.
Tegucigalpa, Honduras 9 de mayo de 2020.- El pasado 4 de mayo de 2020, falleció en La Ceiba, José Hipólito Centeno García (Trujillo, 1933), escritor, dirigente popular y sindicalista. Garífunas con estas etiquetas, solo hay uno, precisamente él. Aún así, su entierro fue muy modesto, un poco por la emergencia de la pandemia, pero también porque en nuestra sociedad olvidamos a nuestros grandes hombres y mujeres.
Hombre de hablar pausado y finos modales, siendo joven Hipólito Centeno García se nutrió de los libros revolucionarios de su época, aquellos que ponían al hombre y a la mujer en el centro de las cosas. Además, tenía un carácter dulce. En su entierro alguien recordó que jamás le escuchó un grito, por el contrario, entre más difícil la situación más en control, es decir, era un hombre con templanza.
Hipólito Centeno se fue de este mundo 3 días después del primero de mayo, uno de sus días favoritos. En fechas como esas no faltaba a las marchas para exigir mejores condiciones los trabajadores. A estas alturas, pocos se dan cuenta que él estuvo en la Gran Huelga de 1954, ese movimiento que cambió para bien y para siempre las prerrogativas del trabajador hondureño.
Estuvo en el exilio
Viniendo de cunas humildes, Hipólito Centeno no le salió todo a pedir de boca. Inclusive estuvo en el exilio, precisamente en Belice. Para cumplir con ese viaje primero pasó por la comunidad de Río Esteban donde vivía su padre, de ahí dio el salto a la antiguamente conocida como Honduras Británica.
Eran las épocas del destierro o entierro, con una cruenta inestabilidad política y en la que cualquier persona que expresaba ideas diferentes al poder, era considerada enemiga mortal. Aún así Centeno nunca dejó ni de pensar ni de hablar.
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En cierta ocasión fue capturado por el régimen vendado de ojos, transportado y encerrado en una celda lúgubre y fría. Él completamente desorientado nunca supo donde estaba. Paso ahí algunos días y como era costumbre de los jóvenes rebeldes, solo atinó en escribir su apellido –CENTENO- en una de las paredes.
Más de 40 años después y habiendo conocido la historia, su hijo Israel Centeno visitó de casualidad un museo militar en Tegucigalpa. En el recorrido, bajó hacia un sótano, entró en una celda y se sorprendió al ver que en una pared estaba inscrito Centeno. De regreso en La Ceiba, le dijo a su padre, “Ya sé dónde estuviste preso”.

Uno de los constructores del ideal OFRANEH
A sus 87 años insistía en las luchas reivindicativas y era opuesto a la feroz presión del sistema. Hipólito Centeno, jamás cambió sus ideales, murió con ellos. Un hombre completamente enemigo de las injusticias y cercano a los pobres y marginados.
SOBRE HIPÓLITO CENTENO:
Mel Zelaya: “Un gran escritor e historiador del pueblo garífuna”.
Ing. Luis Zelaya (Presidente del Partido Liberal): “Un hombre que mantuvo su vida pública rectilínea en su pensamiento revolucionario”.
Reverendo Eduardo Cabrera: “Uno camina y se comunica con las personas, pero después de muerto se le reconoce su estampa como luchador social”.
Hipólito Centeno, militó en el Partido Comunista de Honduras, una organización conformada por una constelación de intelectuales y cuyo objetivo era llevar a los trabajadores al poder de la nación.
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Hipólito Centeno fue uno de los que participó en la construcción de los ideales de la Organización Fraternal Negra de Honduras, OFRANEH. Después de varios intentos, lograron conformar hacia 1979 y de la cual llegó a ser dos veces presidente. En ese entonces, fraternidad entre los hombres negros era la meta para luego ganar espacios dentro de la nación. En un momento dado, OFRANEH vio cumplido su proyecto unionista, pero se desmoronó en medio de comprometidos episodios, en los que Hipólito Centeno siempre apareció como el pacificador y el aglutinador.
Centeno García recorrió todas las comunidades garífunas hablando de derechos humanos, de discriminación racial y su discurso, normalmente iba dirigido a la conciencia.
Aunque resulte fácil verlo ahora, vale enfatizar, que, por aquellas épocas, los garífunas no eran sujetos de derechos. Había una abierta ola racista venida de los grandes países de Sudamérica. Inclusive eruditos hondureños como el expresidente Ramón Ernesto Cruz, abiertamente pedía la expulsión de los negros de Honduras. Centeno siempre fustigó esa postura.
En los últimos años y meses de su vida, Centeno García fungía como referente en el tanque de pensamiento de la Organización Gemelos de Honduras, que el mismo ayudó a fundar allá por 1995, junto con el extinto Mineri Montero.
Sediento de conocimiento, Hipólito Centeno García llevaba siempre un libro en sus manos. Por eso no es casualidad que, en adición a todo lo aquí dicho, sea él una de las mentes más prolíficas que deja 8 libros de su autoría y uno en revisión.
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