Un artículo de reflexión sobre el papel de hombre garífuna, más allá de ser el ente proveedor y su capacidad de trabajo, eso no está en duda.

Tegucigalpa,  Honduras. 22 de octubre de 2017.- En realidad la frase no es mía, es de Michel Foucault, una de las figuras intelectuales de más peso en el ámbito en la sociología contemporánea. Para ser precisos Foucault decía “El hombre ha muerto y yo la convertí en “El hombre garífuna ha muerto”. Dentro de poco sabremos por qué.
Foucault miraba la degradación del hombre en términos de más violencia, más soberbia, más animal, más egoísmo, más de todo lo malo en las calles, en las instituciones, en los gobiernos y en las casas. Era la crisis de los valores y principios, referida también a la crisis de la modernidad. Cuando todo pierde significado. Lo que el propio Carlos Marx llamaba, desde el punto de vista de la mercantilización, la pérdida de la aureola.
Hombre garífuna, a tí te hablo
Vemos en la comunidad garífuna como estamos perdiendo lo que nos hace diferentes del resto,  nuestros rasgos distintivos, nuestros valores. El lunes anterior hubo un capturado por presunta violación contra una menor en Sambo Creek. Hace unos días pasó lo mismo en Corozal. En Tegucigalpa y La Ceiba, la semana anterior, la Policía rescató a dos hombres garífunas que iban a ser ejecutados, en Nueva York en los últimos meses sabemos que 3 hombres garífunas se suicidaron y otra vez en La Ceiba fueron encontrados los cadáveres de 2 jóvenes garífunas.
Significa algo, si lo sumamos a la cantidad de alcohol, drogadicción, paternidad irresponsable, soberbia, agresividad, pereza, desidia, auto abandono, apatía y lo contrastamos con el perfil del garífuna tradicional, ese que venía formado con los principios y valores de los abuelos, podemos decir, partiendo de Foucault, “El hombre garífuna está muerto”.  Viene entonces la pregunta de seguir así, para dónde vamos. ¿Qué va a ocurrir con nuestros hijos e hijas?
Hombre garífuna clásico
El garífuna clásico es una persona respetuosa, venera a los adultos, es cortés, tiene temor a Dios, no usa drogas, no es soberbio es humilde, trabajador y no es agresivo, ni lesivo. Nuestros abuelos nos enseñaron muy bien el instinto de la solidaridad, la armonía, la convivencia, el trabajo en grupo, la empatía. Toda la comunidad es nuestra familia, todos somos iguales, nadie humilla a nadie. El garífuna es pro vida en la dimensión más alta de ese concepto.
Cuando Foucault  habla del hombre muerto, ahí mismo se preguntaba ¿Y qué tenemos ahora? ¿Qué es lo  que anda caminando en nuestras comunidades? Violadores, machistas, agresivos, soberbios, gente que al menor atisbo de una plática ya quiere controvertir. Buscan contender y hacer daño. Oigan, antes era muy difícil, encontrar un arma en nuestras comunidades.
Desde hace varios meses se me ocurre el termino neo garífuna, no lo he dicho en sentido peyorativo, en KennyCastillo.com  levantamos la mano y decimos el neo garífuna, debe ser una conjunción entre el garífuna tradicional, que nos legaron nuestros abuelos, con el nuevo hombre de la época, bien preparado, amante de su familia, un hombre modelo, trabajador, ocupado, una persona inteligente, con propósito, útil para sí y para los otros. Alguien que vea a todos los niños y niñas como hijo e hija, una persona que sea incapaz de causar daño. Un hombre que le importe la lucha por la tierra. Un profesional que no robe a la comunidad. Es el neo garífuna que queremos ver.
Lo bueno es que podemos revivirlo, ¿cómo? Volviendo a ser garífuna.  Adiós a los acomodados, a los vende patria, a los que son capaces de discriminar a otro garífuna a cambio de conseguir una fichita de sus amos. Digamos adiós a los que venden nuestras tierras. Digamos a los indiferentes. Y pareciera que viene desde muy lejos, cuando Barauda pide a su esposo Satuyé que defienda los cultivos de la familia, de lo contrario que le ceda sus pantalones. Hombre garífuna.

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