Honduras; se busca un líder

Honduras tiene de todo o mejor dicho, casi todo, pero una de las carencias es la de un líder, esa una figura reverencial en la que, incluso, los que se consideren como tales, puedan escuchar y, más que eso, admitir sugerencias. Hace falta una persona que pueda mediar en los conflictos, que haga reflexionar a las partes, que pueda golpear, sin dejar ronchas y dolores. No lo hay aquí… No lo hay.

En los conflictos del mundo se busca siempre la figura de la última opción, no obstante Honduras no se puede dar ese lujo. Aquí busque de todo, menos eso. Los que se pensó podrían desempeñar ese papel quedaron destruidos por voluntad propia antes de que cantara un gallo.

El admirado cardenal Óscar Andrés Rodríguez, uno de los que pudo haber sido Papa, permaneció seís días después del golpe, sin decir una palabra, todos queríamos escucharlo porque ya se le miraba como última instancia, sin embargo cuando habló casi logró incendiar el país. Sus palabras causaron tanta conmoción que hoy Tegucigalpa está repleta de grafitis, lo más cariñoso que le han dicho es “golpista”. Lo increíble, es que él parece estar cómodo con esa denominación.

Los otros grandes cabecillas de la religión, los pastores Evelio Reyes y Oswaldo Canales, perdieron también su solemnidad para convertirse en activistas de Micheletti. También aparecen por todos los rincones, “por que cuando los medios callan las paredes hablan”, argumentan los mancha muros.

Ante esta carencia, se suponía que los candidatos presidenciales podían hacer algo, no obstante Bernardo Martínez, Elvin Santos, Pepe Lobo y Felicito Ávila, renunciaron a actuar como tales y su bandera es que las elecciones deben hacerse, aún y cuando, el país se esté desangrando.  Ah y eso no es todo, para demostrar que son menos inteligentes de lo que dicen, aseguraron que este problema no es de ellos, como si vivieran en el Planeta Marte.

Si aquellos están en las tropas de Micheletti, los otros candidatos César Ham por la UD y el independiente Carlos H. Reyes están con Mel Zelaya. No tenemos a nadie y lo triste es que ésta no es una historia de fantasía como para invitar a mandrake el mago. La propuesta de Óscar Arias, quedó atascada y ya no soluciona nada, fue buena en su momento, pero hoy ya no, Arías es otra pieza que se fue del ajedrez. El movimiento social tampoco parece tener clase para esta misión. Esto se ha convertido en una plática de sordos, mudos y ciegos, con el perdón de los que viven bajo esta condición. Las leyes están claras, pero tampoco buscan allí la salida. ¿Qué se suponen que va a pasar? ¿Nos vamos a matar entre todos? ¿Nos encerraremos en las casas a ver como el tiempo pasa? O ¿Dejaremos que el pueblo decida a través de un plebiscito o referéndum? Creo que esto ultimo es la solucion.

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