Ley Orgánica de las ZEDE DEROGADA y ¿Ahora qué para los garínagu?, ¿Podemos estar tranquilos?

Ley Orgánica de las ZEDE, era un plan criminal contra la comunidad garífuna, pero con su derogación no termina la lucha, hace falta más.

Tegucigalpa, Honduras 24 de abril de 2022.- Recién pasó la Semana Santa, miles y miles de hondureños se movilizaron por la costa norte, visitaron los mares y los ríos. Eso sería imposible bajo la rectoría de la ZEDE.

Las ZEDE, en su congénito, propugnaban la restricción de estos espacios a la mayor parte de hondureños.

Concretamente, iban a ser espacios por afiliación, algo así como quien entra a un hotel o al patio de una empresa. Reductos privados terminantemente prohibidos para quienes no pagan o no trabajan ahí.

En cambio, bajo la rectoría de las comunidades garífuna, propietarios ancestrales de esas playas, estos son espacios libres.

Quienes acaban de dejar el Gobierno, Juan Orlando Hernández y su gente, explicaban que las ZEDE serían la salvación económica de Honduras, exactamente igual como cuando Callejas habló de turismo.

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En esencia, ningún capital extranjero desarrolla un país, lo que hace es llevarse los recursos. Solo el sudor, el trabajo y el mejoramiento económico local desarrolla a las naciones.

Claro puede darse que haya empresas ricas en países pobres, es lo que sucede en Honduras, un país que sigue al precipicio en materia económica, aún y cuando están aquí varios millonarios de la región.

Perversidad contra el pueblo garífuna

La Ley Orgánica de las ZEDE de manera fáctica establecía que se iban a instalar en zonas de baja densidad poblacional, en la costa norte.

Tendrían soberanía, incluyendo hasta de su propio espacio aéreo y marítimo, su moneda, además tendrían la facultad de expropiar terrenos de manera antojadiza.

Con esas indicaciones, era ni más ni menos vender el país en pedazos, pero especialmente era automáticamente el desplazamiento de la comunidad garífuna.

Las ZEDE era un plan de muerte y hambre, era verdaderamente la invasión de los alienígenas para comerse a los humanos y quedarse con sus bienes.

Esa película de terror, si bien cerró un capítulo no ha terminado, continua. En 2023, el Congreso Nacional debe refrendar esta derogatoria. Mientras tanto sigue el peligro.

Las playas garífunas siguen siendo objeto de deseo por parte de las manos invisibles. Continúan imponiendo su plan de desplazar a los garínagu para usufructuar el paisaje del que son propietarios ancestrales.

Acompañamos y respaldamos a nuestro Congreso Nacional en la derogatoria de la nefasta Ley de las ZEDE. Debe ser éste, el inicio del desmontaje definitivo de esta iniciativa perversa contra Honduras.

Reconocemos el trabajo heroico del connotado profesional catracho Fernando García, Comisionado Presidencial contra las ZEDE.

Blindaje de los territorios ancestrales

Las ZEDE era una maquinación fraudulenta, un robo legalizado, creación de mensajeros del mal para quedarse con esas tierras. Era un modelo más de privatización y de apropiación, nunca un modelo de desarrollo.

En lo que refiere a los garínagu, hace falta un mecanismo más potente que blinde sus territorios.

El Congreso Nacional debe crear un Ley que vuelva a los territorios garífunas intocables, consciente que eso sí, es un seguro de vida para Honduras.

Además, debe proceder a revisar y si fuera posible cancelar personerías jurídicas a entes como la Fundación Cayo Cochinos por su sostenida violencia, contra los auténticos propietarios de ese sector.

En la protección de los Cayos Cochinos, los garífunas solo necesitan acompañamiento, no verdugos. SIEMPRE LOS GARIFUNAS FUERON CONSERVACIONISTAS.

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