
La hija del viento, Pastora Chávez, la primera gran velocista hondureña, trabaja ahora como camionera y recorre las carreteras de Estados Unidos transportando un enorme contenedor refrigerante.
“Invito a las mujeres que puedan aprender, para alejarse de la dependencia, que no piensen en que un hombre las va a sacar adelante, las mujeres somos más inteligentes que los hombres, no hay nada imposible”.
Tegucigalpa, Honduras 4 de diciembre de 2017.- El nombre de Pastora Chávez está inscrito en letras doradas en el deporte hondureño. La llamaban la hija del viento, fue la primera maquina humana del atletismo de velocidad en Honduras, cruzaba las metas como rayo, pero Honduras nunca trata bien a sus atletas, por eso al regreso de un viaje de Alemania, optó por quedarse residiendo en Estados Unidos.
En la gran nación del norte siguió ligada al atletismo e inclusive al fútbol, ahora la vida le da un cambio radical, pues ahora se dedica a conducir un camión de carga. Traslada productos refrigerados entre Canadá, Estados Unidos y México. Es un trabajo emocionante, dice. “Se conocen muchos lugares y se viven muchas experiencias, este trabajo me encanta, me dice por teléfono mientras espera una carga en Dallas para irse Arkansas y luego a la Florida”.
Para acortar la espera del llenado del poderoso camión Kenworth T680 2018 con 53 pies de largo y de 13,7 de ancho, Pastora se relaja haciendo lo que más le gusta: correr, hacer pechadas y sentadillas, lo hace en todas las ciudades por donde va. “No me aparto de lo mío”, señala. Hace ejercicios para mantener su estado de forma y también es su relax antes de someterse a manejar, esta vez el trayecto será de 20 horas.
Cómo le hizo?
Un amigo la invitó y ella, siempre amante de los retos, se metió a la escuela Stevens Transport a estudiar y ser motorista certificada. “Hay que recibir clases por 6 meses y luego un programa de un año en carretera”. Aunque es raro ver a una mujer en este trabajo, la sorpresa para Pastora Chávez fue encontrar a muchas féminas que se estaban preparando para ello.
“En la escuela donde estudié en Steven Transport y que es la más grande que hace choferes, está en Dallas, ahí habían 50 por ciento hombres y 50 por ciento mujeres”.
“No tengo miedo, es bueno dar ejemplo a otra gente, ese camión puede ser grandísimo, pero si uno no lo mueve, no se mueve”. “De niña era muy humilde y muy callada, nunca supe expresar mis sueños, Dios es el que lo encamina, he llegado a hacer cosas que nunca imaginé, igualmente en el atletismo, nunca pensé en ser atleta”.
Pero, es un problema su tamaño, por ser una mujer de 1.60 cm? La respuesta de Pastora Chávez es un NO, rotundo. Al entrar en la cabina todo es ajustable, los espejos, los asientos, “dentro del camión, me siento normal, es como un carro pequeño, solo que es un carro de combinaciones, todas las maniobras son al revés, porque lo que estas manejando es el tráiler, la parte de atrás prácticamente es otro vehículo, tiene un pin que le dicen centerpin que es el que rota la carrocería”.
“Invito a las mujeres que puedan aprender, para alejarse de la dependencia, que no piensen en que un hombre las va a sacar adelante, las mujeres somos más inteligentes que los hombres, no hay nada imposible”.
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