Tegucigalpa, Honduras, 18 de noviembre de 2017.- Se llama Paul Arzú, nació en Travesía, aldea garífuna de Puerto Cortés, pese a sus orígenes humildes, su vida ha sido como una película: Estuvo 37 años arreglando los helicópteros  del Ejército de los Estados Unidos, un trabajo realmente clave.
Era prácticamente como el señor de los milagros, un helicóptero quedaba fuera de órbita, en el suelo, su trabajo era devolverlo al aire. Un héroe, sí un héroe. Cuidaba las joyas más preciadas del Ejército, esas mismas que hacían un papel crucial en las grandes operaciones que miramos por la televisión, esas mismas que vemos haciendo grandes labores humanitarias en desastres naturales.
Desde  muy pequeño a don Paul, le llamaba la atención la aviación y eso que en Travesía, si miraba pasar un avión al mes,  era mucho. Pero no importa donde hayas nacido, donde hayas vivido, la diferencia la hará tu actitud y el deseo que pongas en la búsqueda de tus metas. El pequeño Paul tenía claro lo que quería ser en la vida y lo logró.
Emigró a los Estados Unidos con sus padres, al  salir de High School en 1974, ingresó al Ejército,  posteriormente fue a la Escuela de Helicópteros en Fort Rucker, Alabama y trabajó  37 años, con todo los modelos, menos el Apache, es decir  el OH6, Hiwui, el Blackhawks y el Chennok ese que parece bus con dos hélices, uno adelante y otro atrás”.
Se retiró del Ejército en el año 2012, dejando una amplia trayectoria de servicio al Ejército, en un trabajo clave para la institución armada, nada menos que arreglar sus helicópteros, cuidar de ellos y darles el mantenimiento, cualquiera diría que se trata de un trabajo muy difícil, casi imposible, Pero Paul Arzú, dice que es fácil, simplemente es de conocer sus herramientas y saber leer”. Desde luego que cuando él habla de saber leer, va más allá de lo que te dice el sentido común.
Explicamos a Paul Arzú, que kennycastillo.com, a través de sus historias trata de inspirar a la juventud, para derrotar la pobreza y de inmediato envío un mensaje “Que no dejen que nadie los rebaje, que sigan estudiando, que sigan sus estudios, es lo que nos va a sacar adelante. Siempre sean positivos y sean orgullosos de sus antepasados”.

Paúl Arzú, en su época como Ingeniero mecánico de helicópteros

¿Cuál ha sido su trabajo más difícil?
Todos los trabajos son difíciles, pero creo que  el trabajo más difícil  fue en Afganistán en 2007 y 2008, perdimos a varios compañeros y eran chamacos jóvenes y eso me cayó pesado. De vez en cuando si había problema, si un helicóptero tenía problemas a medio camino teníamos que ir a recuperarlo para que pudiera volar otra vez.
¿En Afganistán? Sí en Afganistán, muy peligroso
“En este trabajo no hay cupo para el error, todo tiene que estar perfecto, cualquier falla es muerte. Trabajar en aviación no es como trabajar en carro, cualquier error tu puedes parquear un carro, en cambio en aviación, tú no puedes parquear en una nube, un error y estas prácticamente muerto”.
Yo empecé a trabajar cuando todo era escrito, ahora ya no te dan papel, todo te lo dan por medio de laptop, computadora, la tecnología está bien avanzada.
¿Cuál es el helicóptero que más le gusta? “para mí los primeros dos que trabajee: el OH6, es un helicóptero bien sencillo, es de 4 pasajeros, hay de 6 plazas también, 3 en cada lado, es el más sencillo que tiene Estados Unidos solo lo usan las Fuerzas especiales y está el Hiwui que se usó bastante en Vietnam, las armadas ya no lo tienen, Las Marinas lo usan y otras fuerzas armadas de otros países, es un helicóptero que sabe perdonar, si algo sucede, tu puedes aterrizar y no hay muchos daños, mientras que el BlackHawk y el Chinook, son helicópteros que se caen y 99 porciento vas a morir, porque todo el peso está arriba de ti.

 

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