
Se trata de una proclama por las contribuciones culturales que Pichi Castillo está haciendo a la ciudad con su música contribuyendo a la cultura de paz.
Tegucigalpa, Honduras 11 de septiembre. El Gobierno local de la ciudad de Chelsea, ubicado en el condado de Suffolk dio un reconocimiento especial al artista nacional hondureño Carlos Pichi Castillo, un prodigio de la música garífuna que en sus canciones plantea la problemática social plasmada en acordes y pegajosos ritmos. El reconocimiento no es casualidad, sino el fruto de un gran trabajo.
En su intervención, la concejal se dirigió con mucho respeto y admiración a un hombre que lleva diversión y educación por medio de su música y expresó que como concejal de la ciudad “para mí es un honor conocer al talento catracho y talento local y representante de la ciudad Chelsea, y presentó esta Proclamación del Gobierno de Chelsea por las contribuciones culturales que estás haciendo”.
Conoce la trayectoria del artista honrado por la ciudad de Chelsea.
Pichi: Una vida consagrada a la música
Carlos Castillo (Pichi) nació en la comunidad garífuna de Corozal el día 4 de septiembre 1987, hijo de padres muy humildes; Leoncia Solorzano y Carlos Castillo Chávez.
Desde pequeño Pichi ha tenido inclinación hacia la música, de hecho uno de sus primeros regalos fue una guitarra que su madre le compró advirtiendo que su retoño traía vena de artista. El tiempo fue pasando y a medida que entraba en su infancia Pichi se comprometía aún más con el ritmo y los sonidos.
Fue así como la infancia lo encontró con varios instrumentos hechos a base desperdicios como las latas, palos. A esa altura Pichi no conocía su futuro, pero la música era una intuición que seguía con pasión y obediencia.
A los 12 años recibió su primera oportunidad por parte del reconocido artista garífuna, ya fallecido Jimmy Suazo. En aquellos tiempos Jimmy era una superestrella, no era fácil pararse ante él, asumiendo esa dificultad Pichi se plantó, con algo de nervios, pero con mucha seguridad; como era de esperarse ganó esa batalla; su primera aparición pública, de ahí para acá todo pasó rápido, luego de esto se fijan en él, la Institución Rochez Brother inc, que habían encumbrado al Grupo Musical Garífuna Kids. Este era el gran comienzo de un artista que ahora sueña en grande.
Rochez Brother, había encontrado un diamante. Ellos se interesan en el talento del niño prodigio, de cuyas manos salía música. Estaba segura la apuesta y en 1999 se traslada a la ciudad de La Lima, departamento de Cortes y comienza su aventura en el Grupo Black Men Soul, esto a la postre sería su escuela puesto que ahí aprendió a ejecutar varios instrumentos musicales.
A sus 12 años quizá no era el momento para salir de casa, pero la música lo había llamado. Sus padres después de un largo debate, aceptaron y lo que venía después, era un enorme amor por la música y por los instrumentos. El bajo, piano, batería, conga o guitarra, a Pichi le daba igual, desde luego que su máxima inspiración la tenía al entrar en contacto con el alma de nuestra música, el tambor garífuna.

En Lima se establece por casi 9 años, participando en conciertos en México, Guatemala, Nicaragua y Belice. En todos estos países, el niño prodigio de la música logra una gran aceptación promoviendo la cultura y música garífuna. En el 2008 decide cambiar de aires y enfrentar nuevos retos y se convierte en el director de la Orquesta los Bravos del Caribe, propiedad de la leyenda de la música garífuna Aurelio Martínez. Era una nueva etapa, un mundo diferente otro gran desafío en el ámbito personal y artístico.
Martínez ha sido su más cercano consejero musical, ya que a su inclinación por la música, le enseña otra perspectiva de la cultura garífuna a la que promete llevar tan alto como pueda. En el 2009 se integra a Garífuna Soul, un proyecto formado, especialmente, para el mercado internacional. Garifuna Soul también era obra del señor Aurelio Martínez. En esta nueva etapa da el gran salto y lleva su talento al Viejo Continente.
En el 2010 Carlos Castillo Pichi, decide tomar su propio camino, se presenta como solista grabando su primera producción discográfica titulada “Mis Ancestros” en el marco de la cual graba “Lieni Papa”, una canción que en la mayoría de los pueblos se canta como un himno, por su contenido a favor de las madres solteras. Con esta canción Pichi alcanza una nueva dimensión, pues además de cantar se revela como un héroe que defiende a las madres solas y emite un mensaje político de mejoramiento social. Otro ingrediente que sale a luz es su llamado de unión a la nación garífuna que plasma en diversas canciones.
Otra de sus canciones es “Yoga” en homenaje a un amigo fallecido, en esta interpretación Pichi echa mano de recuerdos vividos y forma una gran composición. Otros de sus títulos son “Sufury” y “Anabatadina”.
Actualmente Pichi vive en la ciudad de Boston, Massachusetts, Estados Unidos donde combina la música con su trabajo.
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