Tegucigalpa, Honduras 20 de noviembre de 2021.- En 2015 durante el Congreso de jóvenes que se celebró en San Antonio, Colón, el ilustre dirigente Horacio Martínez Cálix, expresó que el garífuna es el pueblo más féliz.
Es lo más parecido a un elegante forma de arenga frente a las diversas situaciones que los garífunas enfrentan en Honduras.
Desde violaciones a sus derechos territoriales, persecusión y criminalización por la defensa de sus tierras. Pese a todo ello el pueblo garífuna es el más feliz.
Pero por qué lo dijo, 6 años después de expresar aquello WA-DANI ubicó a Martínez Cálix y le formuló la pregunta.
Antes de eso, Horacio Martínez Cálix, es un garífuna destacado, es licenciado en educación y recientemente fue presidente del Patronato de la comunidad garífuna de Cristales.
A inicios de la década de los noventas, Horacio, fue presidente de la Organización Fraternal Negra de Honduras, OFRANEH, cuando esa institución se regía bajo los ideales de fraternidad entre la comunidad negra del país.
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íEn ese tiempo, no existía la división que vemos ahora, la OFRANEH, era como un gobierno, con población, pero no sin territorio, al menos, de manera autonómica.
La OFRANEH, tenía filiales en todas las comunidades garífunas. Se hacían asambleas nacionales con delegados de cada comunidad. Había tribunal de honor. Era un extraordinario modelo de organización.
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Ese es en sí Horacio Martínez Cálix. De nuevo a la pregunta, apunta que somos felices porque «tenemos identidad, no practicamos el crimen y la corrupción».
También «Respetamos a la gente y también respetamos los derechos humanos. Tenemos convivencia y tolerancia humana».
El garífuna tiene una cultura musical, mucha alegría en cada casa. Con el sonar de los tambores se va la tristeza, pero «en medio de la pobreza y abandono, que es inducida, no llenamos las carceles».
Hay algo especial, «somos alegres cuando tenemos que estar alegres, tristes cuando tenemos que estarlo. Nuestros tambores son un grito de paz y de justicia y no para servirle de payasos a nadie».
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