Siempre pasa lo mismo, dijo una enfermera. Parece que la muerte ronda el fútbol y los estadios.
Tegucigalpa, Honduras 29 de mayo de 2017.- Tras el trágico resultado de 5 muertos en una estampida, minutos antes de iniciar el encuentro por la gran final de la Liga Nacional de Fútbol de Honduras los hondureños no salen de su asombro y pesar.
No obstante, la muerte ronda los estadios hondureños, por la pelea entre las barras o porque se enfrentaron a la Policía. Eso desde hace rato. Desde que los grupos de animación iniciaron a imitar a sus homólogos argentinos.
Lo que no estaba en el presupuesto era que aconteciera en el marco de un partido sencillo: Motagua-Honduras de Progreso. Hubiera sido un Olimpia–Motagua u Olimpia-Real España, la gente lo hubiera tomado como normal.
Tratándose del partido que era, los organismos involucrados se durmieron en sus laureles. Cayeron en flagrancia. Ahora están en acusaciones y contraacusaciones. El responsable al parecer es la Policía Nacional, como órgano protector de la ciudadanía, debieron haber clausurado el evento al menor atisbo de peligro. Tienen toda la autoridad y además son los especialistas en estos casos, ellos tienen el enfoque visual, que no tenemos los ciudadanos de a pie.
El cuerpo policial, es parte del Ministerio de Seguridad, pues entonces la responsabilidad alcanza a ese ente. Los dirigentes del Motagua, deberán también responder a la acusación de una presunta venta extra de boletería. O dar con los culpables si es que como dicen ellos, eran boletos falsos.
En unas imágenes aparece la Policía lanzando agua a los aficionados, vean ustedes!
La Liga Nacional es otra de las responsables, en el partido estaba el Presidente de la Liga Nacional y no reaccionó. Ellos, la Liga, nombran un comisario y tampoco paró el partido. Los árbitros y los futbolistas ni cuenta se dieron. Algunos periodistas sí plantearon la suspensión del partido.
Los hondureños mostraron su condena en las redes sociales, la mayor parte de ellos mostraron su furia contra los dirigentes azules por ser insensibles con el suceso y no haber suspendido el partido. Continuaron como que no hubiera pasado nada. Solo al final del partido, dirigentes del equipo de casa dijo que ayudarían con los gastos funerales de las familias.
Una enfermera del Hospital Escuela, el centro donde fueron llevados de emergencias más de 25 aficionados, dijo algo que deberían de haber comprendido los dirigentes y la Policía. “Cada final es lo mismo”. Cada clásico también es lo mismo, muertos y más muertos, estos partidos se han convertido en juegos de muertos.
Pese al anuncio del Ministerio de Seguridad de que investigarán lo sucedido, lo más seguro es que no habrá culpables. Por parte de la Liga, veremos si tienen capacidad para decretar el cierre del Estadio Nacional, como lo han hecho con otros estadios.
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