Vallecito o Faya en lengua garífuna ubicado en un rincón del caribe hondureño, es el sitio emblemático de la resistencia garífuna. Se siente el aroma a libertad e independencia, es aquí donde se ha sembrado el añorado sueño de desarrollo con identidad con armonía social y respeto a la madre naturaleza.
Por: Gilda Carolina Silvestrucci-Periodista Telesur
Tegucigalpa, Honduras 25 de agosto de 2017. En Vallecito se siente el olor a una promesa de cambio. Los niños se divierten, aunque no con juguetes de tiendas. Ellos saltan en viejos lazos, dibujan rayuelas en la tierra mojada y fértil, corren uno tras otro y bailan, sin música, pero bailan entre las limitaciones y la ausencia de amenazas de ser desplazados.
La historia de Vallecito es muy especial, se trata de un escenario de lucha en donde el pueblo garífuna ha resistido frente al gran capital. Casi todo el alrededor de este lugar está sembrado de Palma Africana propiedad de poderosos empresarios hondureños que se agarraron más de los que debían. Querían apropiarse de Vallecito y sacar a los garífunas de ahí, es aquí donde este punto de la geografía nacional se convirtió en sitio heroico.
La Organización Fraternal Negra Hondureña, (OFRANEH), máxima representación del pueblo garífuna de Honduras, ejerció una defensa tenaz, sin dinero y sin armas, solamente con el poder de la palabra y la valentía que le daba su ancestría. En esa vorágine de lucha que duró muchos años, hubo persecución, crímenes, amenazas, intentos de soborno y atentados, de todo, pero hoy gracias a hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas, hoy se vive en relativa calma.
Ofraneh y su lucha por Vallecito
Los niños tienen un área para crecer. Para llegar a Vallecito o Faya en lengua garífuna, se debe cruzar, un extenso camino, rodeado de palma africana, miles y miles de enormes troncos erectos, que se decía, eran la salvación económica de Honduras. Obvio que aquello resultó una gran mentira.
Pareciera un pueblo perdido, ajeno a lo que muchos mal llaman » desarrollo». La energía es generada por motores y es racionada hasta las nueve de la noche, cuando ya todos deben dormir. Sus casas son humildes, pero construidas con el afán de que ese sitio se convierta en una opción de las pobladores garífunas que son desalojados de otras zonas.
En la noche se escuchan las ranas y los grillos, tan fuertes como los tambores que celebran un proyecto de vida, alternativo e integral. El cielo brilla, mientras todos duermen, las estrellas parecen ser cientos de luciérnagas en un paraíso virgen.
Ofraneh pide al BID no apoyar desplazamiento del pueblo garífuna
Desde siempre Vallecito ha representado un proyecto especial de vida para sus pobladores, es un sitio cargado de espíritu ancestral. Ese pensamiento fue fortalecido por el visionario Lombardo Lacayo, un intelectual de avanzada, todavía añorado por los pobladores. Ya ahora, en esta etapa, es Miriam Miranda, activista por los derechos humanos y coordinadora de la OFRANEH la que conduce este sueño.
Los pobladores de Vallecito, no son muchos, pero dentro de poco lo serán, pues se trata de establecer ahí una comunidad fuerte. El lugar tiene hermosos parajes, es un sitio donde el mar está cerca. Un lugar donde puede triunfar una apuesta comunitaria: La comida es para todos.
Las mujeres se organizan para hacer la alimentación que es ofrecida a cada uno de los habitantes de la zona. Mientras los hombres, complementan el trabajo comunitario. Esa es la idea de Vallecito, que las comunidades garífunas preserven sus tradiciones, pero que también apuesten al desarrollo de su gente y sus nuevas generaciones.
Leave a Reply